En las antípodas
Escrito por Inigo Urdinaga, Publicado en Belleza surf, Cultura surf
Anduve por Nueva Zelanda ocho meses (en el 2001), y cuento en mi libro dos o tres historias que viví allí. La primera de ellas, me sucedió en el lugar que muestran esas fotos.
Llegué allí una horita antes del anochecer, sin mapas ni pistas, de la mano del azar:
«Algunos coches estaban aparcados en la arena y dos tractores sacaban a tierra sendas embarcaciones en la orilla. (…) Llegué hasta un punto donde el asfalto terminaba y tuve que conducir por la arena para acceder a otra playa que se encontraba allí mismo a la derecha».
Cogí tres o cuatro derechitas antes de que se hiciera de noche, y al día siguiente, entré otra vez con los primeros rayos. Había un buen metro, estaba bueno y no había nadie. O eso es lo que yo creía, porque menuda la sorpresa cuando al rato ví tres o cuatro focas en el agua, a tiro lapo, y otras diez o más en las peñas.
Anduve alerta, algo miedoso al principio, un poco alejado cogiendo derechas. Una vez pasado el susto y viendo que no ocurría nada, cogí alguna izquierda para acercarme a donde se encontraban…
«Era un cabo con forma de flecha. Una playa daba al noreste, la otra al sureste, y las unía una colina sobre la que sobresalía un faro».
Había espacio de sobra para todos allí. Qué grande, Nueva Zelanda…
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Que tal Iñigo!
Desde luego que un momento como ese se te tiene que quedar grabado en la memoria. Se agradecen estas experiencias que nos cuentas.
Saludos y feliz semana!