Olas artificiales y masificación
Escrito por Inigo Urdinaga, Publicado en Fuera del libro, Surf a la venta, Surf masificado
La Zurriola es una de las playas más masificadas de Europa, y una instalación de olas artificiales en San Sebastián aumentaría la masificación de surfistas tanto en la propia Zurriola como en las playas cercanas. Baso esa afirmación en los siguientes hechos:
En las olas artificiales no tienes que lidiar con espumas ni con otros surfistas, y puedes coger muchas más olas por hora, por lo que aprendes a surfear más rápida y fácilmente que en la mar.
Las piscinas de olas artificiales van a crear miles de nuevos surfistas. Obviamente todos ellos querrán surfear después en la mar. Y tendrán, por supuesto, todo el derecho del mundo para hacerlo.
Por otro lado, una piscina de olas artificiales en San Sebastián atraería a surfistas visitantes de otras zonas. Está claro que muchos de ellos no limitarían su estancia a la piscina y acudirían también a las playas cercanas.
Y resulta difícil imaginar surfistas que dejarían un buen día de olas en la mar para acudir a una piscina de olas artificiales, por lo que, en definitiva, el problema de la masificación en las playas se agravaría.
Hasta el propio fundador de la empresa promotora lo reconoce:
«El surf es un deporte que está creciendo y creciendo sin parar, y en cuanto tú creas nuevas olas, esas nuevas olas se vuelven a ocupar, hasta un punto en el que ya hay demasiada gente en el agua. Y si nosotros creamos nuevas olas, pues va a volver a pasar lo mismo. Eso de que nuestra instalación traería más surfistas, bueno, pues como cualquier escuela de surf trae más surfistas». (Josema Odriozola, CEO de Wave Garden, en Radio Euskadi. 14/04/2021).
¿Acaso están proponiendo entrar en un bucle pernicioso de «construimos piscinas / creamos más surfers / hay que construir más piscinas»?…
Todo el mundo tiene derecho a surfear, sí, pero el planeta tierra es limitado. Y observo con asombro cómo algunos todavía no han entendido –o no quieren entender– que una cosa es el «crecimiento natural» (tú enseñas a un amigo, yo a mi vecina, él a sus hijos…) y otra, muy distinta, el «crecimiento inducido» por fines económicos particulares.
Hay escuelas de surf con valores que dan respuesta a una demanda de alumnos existente, pero otras van promocionando el surf «masivamente» para lograr nuevos clientes, creando así una demanda mayor de la que existía. Y las piscinas de olas artificiales van a agravar ese problema, porque facilitan aún más el aprendizaje y, además, necesitan un volumen importante de clientes para ser rentables.
En el caso de las piscinas de olas artificiales de países sin mar (o de países con mar sin olas), todavía es pronto para conocer las consecuencias que tendrán sobre zonas costeras con rompientes naturales. ¿Crearán miles de nuevos surfistas que nos encontraremos en orillas de todo el mundo? ¿Vivirán la mayoría de ellos el surf como un pasatiempo esporádico, sin necesidad de viajar a rompientes naturales?….
De lo que no hay duda es que, aquí y ahora, en San Sebastián, esa piscina promovería aún más el surf y que, lejos de aliviar algo el problema de la masificación en nuestras playas, lo agravaría.
Como dice el conocido surfista y oceanógrafo Tony Butt: «El surf en el mar nos enseña a ser más humildes, a buscar estrategias modificando nuestro comportamiento, y no a inventar máquinas para modificar el entorno».
15 urte eman ditut Donostiako ia elkarte desberdinetan surf klaseak ematen. Haseran zentzua zuten hazkundearen aldeko ekimenek, hiriari aberastasuna eta zoriona ekarri zioten surf eskolek, eta batez ere monitore profesionalek, haiek lortzen baitzuten ikaslearen surfarenganako griña piztea. Gainera ondartza oso garbia zegoela esan behar da.
Gaur egun egoera guztiz desberdiña da. Badira urte batzutik hona, hainbeste ikasle daude uretan aldi berean, horregatik ikasleek ixtripu bat jasateko arrixkua izugarri haunditu da. Killazoak eta kolpeak ohizkoak dira, eta are gehiago, segurtasunari lehentasuna ematen ez dioten monitoreen esku dauden ikasleak.
Gainera egun ondartzan plastiko eta ondakin pila elkartzen da, eta hori masifikazioaren eragin zuzen bat da.
Olatu artifizialak ez lioke mesederik egingo Donostiari. Akaso, kostaldetik 50 edo 100 kilometrora jarriko balute, zentzua edukiko luke, Iruña eta Gasteiz aldean badira surfista dexente, eta haientzako hainbeste kilometro egin behar ez izatea zoragarria izango litzateke, eta kostaldekoak akaso barnealdera joango lirateke, ondartzak lasaituaz.
Gainera Andonegi zonaldeak animalia asko dabil eta Donostia naturaz inguratua nahi dugu.
Laburbilduz, Donostiari ez zaio komeni inguruan Piszina artifizialik, gainera denok badakigu azkenean aberatsentzako gauza bat izango zala, nahiz eta «denontzako» surfa saltzen diguten.