El anuncio es de 1964. Y según asegura:

El soucoupe o platillo, –al que nosotros llamábamos aspirina–, «permite deslizamientos largos sobre la lámina de agua que deja la ola al retirarse, y es una inmejorable escuela de equilibrio». Y, por otro lado, el surfy o champero «te dará tus primeras sensaciones de surf en las orilleras».

El primero servía para deslizarse de pie en la orilla, mientras que el segundo era para coger olas tumbado. Eran ambos de tablero contrachapado.

En Zarautz y alrededores muy poca gente tuvo aspirina, pero los champeros fueron muy populares. El carpintero de Zumaia Marcelo Linazasoro fabricó muchísimos entre 1950 y 1970, y llegaron a muchos hogares de San Sebastián, Zarautz, etc.

Cuando yo era niño, a comienzos de los 80, fabricaba champeros en Zarautz el padre de un compañero mío de natación (Mikel Azkue, el del fondo del todo), y en aquel taller compramos el mío.

Los utilizábamos sobretodo para coger olas, pero también a veces para deslizarnos en la orilla o en la nieve. Algunos los pintaban, otros les ponían dos o tres quillas, otros hasta una cuerda o una goma como invento… Aquellos tuneos darían hoy para montar una divertida exposición.

Los champeros eran en sí para hacer txanpas tumbado, es decir, para impulsarse con el empuje de las olas, pero algunos iban con aletas y aseguraban que con sus champeros se hacían tubos, reentrys, que cogían olas superiores a los dos metros… Eso sí, había que andarse con mucho ojo en las orilleras, porque si se te clavaba la punta en la arena, el champero se te hundía en la tripa haciéndote ver las estrellas…

El champero fue nuestra primera tabla, el antecesor de la tabla de surf (y también del bodyboard). No lo menciono en el libro, y bien merecían un pequeño homenaje aquí.

Referencias
. Las fotos las he cogido de aquí.
. Recomiendo una buena visita a esta joya de web: mypaipoboards.org
. Ahora  mismo venden un champero de segunda mano aquí.

Exposición en Biarritz en 2014. Foto: Surf Session.