(George Carr con 76 años en Malibú. Photo: Surfline.com)

Las personas mayores sueltan a veces verdades crudas, sin la vergüenza y sin los miramientos con que lo haríamos otros.

George “Mysto” Carr nació en 1931, de joven compartía baños con Miki Dora, cuando en Malibú eran cuatro gatos, y surfeó allí toda su vida, hasta casi los 80 años. Vamos, que sufrió muy de cerca y durante muchas décadas la comercialización y la masificación desmedidas del surf.

Estos días que no paro de cruzarme con coches que llevan tablas, me suelo acordar de una frase del mítico “Mysto George” que me saca una sonrisa algo malévola.

La leí en la biografía de Miki Dora, All For A Few Perfect Waves de David Rensin. Unos surfistas mayores conversan sobre la época en la que eran muy pocos y existía entre los surfers una verdadera hermandad o camaradería, cuando el mítico George Carr suelta:

«But nowadays, if you see somebody with a surfboard on their car,
you hope they get in a wreck before they get to the beach«.

«Pero hoy en día, si ves a alguien con una tabla de surf en su coche,
deseas que tengan un accidente antes de que lleguen a la playa».

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En esta foto extraída del libro Malibu (Images of America), vemos a George Carr con ochenta y pico años, el cual todavía iba a la playa todos los días; y su camiseta demuestra que seguía siendo bastante pícaro («Atraigo a las chicas porque hago surf»).

Debajo podemos verlo surfeando con 78 años, con integral, escarpines y guantes (licra azul). No he podido saber si sigue vivo o no, pero su espíritu seguro que no decae entre los surfistas de unos y otros coches.