Un surfista en busca del paraíso, libro de Iñigo Urdinaga

Este libro tan difícil de clasificar como fácil de gozar se pregunta: "¿Estamos cada vez más lejos o más cerca del paraíso?…". Todos somos surfistas en busca del paraíso.

jueves

17

diciembre 2020

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Boicot

Escrito por , Publicado en Cultura surf, Historia surf

Tom Carroll declaró que iba a boicotear los campeonatos de Sudáfrica mientras siguieran allí con las políticas racistas del apartheid. Lo dijo al poco de proclamarse campeón del mundo por segundo año consecutivo, en 1985.

Sin participar en Sudáfrica, iba a tenerlo aún más difícil para repetir hazaña. Además, el surf no era tan mediático como el fútbol, el rugby o el cricket, y su decisión poco o nada iba a cambiar las cosas. De todas formas, Carroll aseguró que «no voy a ir a Sudáfrica hasta que acepten a todos los surfistas negros en todas las playas».

Carroll sabía bien que los locales negros y también los pros hawaianos sufrían problemas en Sudáfrica por el simple hecho de tener la piel más oscura. Eddie Aikau, Dane Kealoha y los hermanos Michael y Derek Ho, por ejemplo, no podían entrar en playas solo para blancos y tampoco eran aceptados en muchos hoteles y restaurantes.

El mítico Eddie Aikau dijo en una revista sudafricana hecha por negros y para negros: «Me da miedo pensar que alguien me va a gritar porque voy por el lado equivocado de la calle. Tengo mucho miedo de que alguien me llame la atención. Tengo muchas ganas de volver a casa».

La decisión de Carroll obligó al resto de surfistas profesionales a posicionarse. Enseguida se adhirieron al boicot Tom Curren, Cheyne Horan y Martin Potter, los entonces cuarto, quinto y sexto clasificados del mundo respectivamente, y también otros surfers no tan conocidos, claro. El resto, sin embargo, optaron por callar y mirar para otro lado.

Los organizadores del circuito mundial solo hicieron una declaración oficial al respecto: «Nosotros no tenemos una posición política». Como si no tomar posicionamiento político alguno no fuera una actitud política concreta.

Martin Potter era sudafricano, por lo que su boicot tenía un mérito especial. Perdió algunos amigos y tuvo otra serie de problemas menores, pero ha declarado muchas veces que jamás se arrepintió de la decisión tomada. Muy al contrario.

Cheyne Horan, tras un año de boicot, la siguiente temporada participó en las pruebas sudafricanas con un “FREE MANDELA” bien grande y legible en la punta de su tabla.

Tom Curren fue el campeón del mundo de aquel 1986. Ansiaba probar la famosa derecha de Jeffreys Bay, pero no visitó Sudáfrica hasta que años después acabaron con el apartheid.

El surfer e historiador Matt Warshaw escribió años más tarde que sorprendentemente el boicot surfero salió bien. «Fue la única interacción directa del surf con la política global» y «salimos muy bien parados».

 

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Fuentes
History of Surfing de Matt Warshaw.
Empire in Waves de Scott Laderman.

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