Un surfista en busca del paraíso, libro de Iñigo Urdinaga

Este libro tan difícil de clasificar como fácil de gozar se pregunta: "¿Estamos cada vez más lejos o más cerca del paraíso?…". Todos somos surfistas en busca del paraíso.

martes

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julio 2020

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¿Qué tenemos contra Jack London?

Escrito por , Publicado en Cultura surf, Historia surf

Fue un escritor excelente y sus libros siguen siendo un auténtico placer. Recomiendo ardientemente El lobo de mar, Colmillo blanco La llamada de lo salvaje. Pero su tan aclamada aportación al surfing merece como mínimo una mirada crítica.

Jack London llegó a Hawái en 1907, siendo ya un escritor famoso. Probó el surf, flipó, escribió sobre sus vivencias surferas y siempre se le ha elogiado mucho en el mundillo, porque con aquellos textos contribuyó a la «revitalización» del surf (el cual en ese momento estaba en claro declive por la llegada de los colonizadores occidentales a Hawái). 

Sin embargo, historiadores como Scott Laderman o Isaiah Helekunihi Walker, entre otros, han demostrado que los estadounidenses estaban tratando de convertir Hawái en un «estado de hombres blancos»; y que fue el publicista Alexander Hume Ford quien llevó a Jack London a surfear y lo animó a que escribiera sobre aquello, porque estaban promocionando el surf y las islas con el fin de atraer turistas.

Aun aceptando que unos y otros tendrán su parte de razón, no hay como leer los textos que el propio Jack London publicó sobre el surf para sacar más conclusiones.

Allí donde Mark Twain vio y describió mujeres y hombres de todas las edades disfrutando del «arte del surf-bathing» (1872), Jack London describió (1911) hombres jóvenes que practicaban un «deporte», el «surf-riding».

Además, para Jack London el surf era «una batalla», «una lucha contra el mar». Nada más y nada menos que «un deporte real para los reyes naturales de la tierra» (“a royal sport for the natural kings of earth”)…

En sus textos, los surfistas hawaianos de piel oscura no tienen nombre ni apellidos, y destacó sobre todos ellos a un hombre blanco, nacido en Hawái de madre americana, este sí con nombre y apellido: George Freeth. Precisamente el mismo que le presentó el publicista Alexander Hume Ford.

Jack London añadió al surf, no solo cierta épica, sino también valores norteamericanos; y convirtió el “he’e nalu” de los hawaianos (“deslizarse sobre las olas”) en el deporte “surf-riding”.

Un deporte que pronto sería de hombres, individualista, exótico y de habla inglesa. Y que no acabó siendo «una lucha», «una batalla contra el mar», porque un hawaiano admirable que destacó sobre el resto, Duke Kahanamoku, equilibró algo aquella perspectiva yanqui con valores polinesios.

Eso sí, los norteamericanos acabaron apropiándose del surf, al igual que de las islas Hawái. Y siguen siendo los amos del cotarro. Da igual que los brasileños estén haciéndose con los podiums. No hay más que ver en qué manos siguen las marcas multinacionales, la liga mundial, los medios surferos más potentes, etc.

Jack London era un escritor extraordinario y un reconocido militante socialista, pero parece que, antes que todo eso, era sobretodo norteamericano, yanqui.

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Fuente
Texto original de Jack London sobre surf:
. Riding the South Sea Surf
. A Royal Sport

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