Un surfista en busca del paraíso, libro de Iñigo Urdinaga

Este libro tan difícil de clasificar como fácil de gozar se pregunta: "¿Estamos cada vez más lejos o más cerca del paraíso?…". Todos somos surfistas en busca del paraíso.

miércoles

23

diciembre 2020

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Mark Foo y los sueños

Escrito por , Publicado en Cultura surf, Fuera del libro

Mark Foo murió un 23 de diciembre como hoy, tras caerse en esa ola que muestra la foto. Decidí no incluir en el libro las reflexiones que me provocó aquel suceso, pero aquí van ahora.

 

MARK FOO Y LOS SUEÑOS

Mark Foo quería ser famoso. Ese era su sueño.

Compitió en el circuito mundial durante varios años, pero no obtuvo buenos resultados. Escribió en revistas de surf, puso voz a películas de surf, realizó programas de radio, fue presentador de televisión… Al final, destacó en el agua, en olas grandes.

Fue el primero en surfear Waimea con tres quillas, y el primero también en utilizar invento en olas de gran tamaño.

Dicen que era muy hábil en temas de marketing. Llevaba tablas y bañadores vistosos, y solía dar el espectáculo, especialmente los días en los que había muchas cámaras y personas mirando, colaboró con fotógrafos de surf, y acabó convirtiéndose en un surfer famoso.

Una vez dijo de sí mismo –con poco modestia– que era un «Surfing ‘s consummate living legend». Ese era su sueño, anhelaba ser una «leyenda viva del surf».

Cuando le preguntaban por el peligro que asumía surfeando olas grandes, respondía sin miramientos: «Si quieres vivir la mayor emoción, tienes que estar dispuesto a pagar el mayor precio». No era una simple ocurrencia improvisada, ya que en otra ocasión también afirmó: «Sería una forma preciosa de irme. Quiero decir, que quisiera morir así». Mark Foo soñaba con pasar a la historia del surf, y estaba dispuesto a pagarlo caro.

El 23 de diciembre de 1994, cogió una ola en Mavericks, se cayó y murió. Mark Sheldon Foo tenía treinta y seis años. Según todos los indicios, se le enganchó el invento a las rocas y, no pudiendo llegar a la superficie, se ahogó allí mismo.

Aquella ola fue grabada en vídeo y las imágenes fueron emitidas por cadenas de televisión de todo el mundo. Los informativos hablaron con épica del gran Mark Foo, y muchos periodistas escribieron cosas similiares: Foo murió haciendo lo que más le gustaba; pagó muy cara la fama; cumplió su sueño pero no pudo disfrutarlo…

En las playas, sin embargo, circulaban otro tipo de comentarios: Foo fue el primero surfeando con invento en olas grandes y murió por su culpa, según parece. Los surfers discutieron sobre la conveniencia de utilizar o no invento en olas grandes.

Por otra parte, la ola en la que murió Mark Foo tenía cinco o seis metros, no más. Es decir, Foo no murió de un modo demasiado épico, ya que para entonces él y muchos otros cogían olas bastante más grandes.

Aquel fatal suceso me provocó preguntas, que todavía hoy me hago cada vez que lo homenajean. ¿Hasta dónde nos pueden llevar los sueños? ¿Pueden algunos sueños supuestamente inofensivos acabar perjudicándonos? ¿Mark Foo moriría feliz o, al menos, en paz?

Esa última pregunta era la que más me obsesionaba: ¿Tuvo una muerte dulce o amarga? Los segundos antes de morir ahogado, ¿sintió rabia viendo que iba a morir por aquella ola o, por el contrario, murió dulcemente al ver su nombre entrando en la historia del surf?…

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